viernes, 12 de junio de 2009

Ese carro nuevo.

Por VLADIMIR FLÓREZ
La obra de mostrar más destacada que tiene el presidente Álvaro Uribe es la recuperación de la seguridad, gracias a la cual ahora sí es posible viajar por carretera, cosa que tiene felices a muchos que ahora sí pueden ir los fines de semana a las fincas, los balnearios, las playas o los clubes cuyo acceso estuvo vedado por muchos años, debido a la omnipresencia de la guerrilla en el país.

A simple vista, el Presidente le ha dado gusto a un país que pedía a gritos eso: seguridad. En principio ese ambiente de tranquilidad es un logro sorprendente que todo el mundo aplaude, no sólo en Colombia sino también en el exterior. No obstante, las cosas tienden a complicarse un poco cuando uno se pone a analizar los costos que esta seguridad conlleva, sobre todo a largo plazo.

Es como si a cierta mujer su marido le pone en la puerta de la casa un carro último modelo y le entrega las llaves diciendo: “Es todo tuyo”. Ella, embargada de emoción, ni siquiera se toma la molestia de preguntarle al hombre de dónde sacó la plata para pagar semejante regalo en medio de una crisis económica como la que estamos atravesando, ni cae en la cuenta de que en su casa había otras prioridades, que debía atender con igual o mayor urgencia. Así que, ni corta ni perezosa, le estampa un beso al tipo, toma las llaves del vehículo con el que llevaba años soñando y se va a pasear con sus amigas.

Casi todas las pasajeras la felicitan, alaban el color de la pintura, quedan seducidas por la bocelería, admiran la tapicería y quedan descrestadas con el sonido de los potentes parlantes del equipo. “Ay, mija, qué envidia. Ese marido tuyo es una joya, ¿de dónde lo sacaste? Lástima que todos los tipos no fueran así; mira la carcacha en la que yo ando”, dice una de ellas, a cuyo comentario las demás se suman asintiendo con la cabeza.

Pero como en todas partes siempre hay un aguafiestas, no falta la amiga indiscreta que les comenta a las otras ocupantes del flamante vehículo: “Oigan, ¿ustedes no sienten un olor raro?” Como es de suponer, las demás no le prestan atención, y la única que se atreve a responderle a la impertinente, lo hace para decirle que está loca, que no sea cansona, que lo que huele así es la tapicería nueva.

Sin embargo, al final del día, después de dejar a cada amiga en su respectiva casa, cuando ya tiene el carro nuevo estacionado en su garaje, la feliz mujer siente que se ha acentuado el mal olor del que hablaba la imprudente; así que decide abrir todas las puertas para que el vehículo se ventile. Pero al levantar la tapa del maletero descubre la causa de tanta pestilencia: hay un cadáver en el fondo del baúl. Obviamente, el hallazgo la deja estupefacta. Y eso que no sabe que, además, el carro es robado.


martes, 28 de abril de 2009

La importancia del huevo en el pensamiento universal.

La historia de la filosofía es el estudio de todas la ideas y sistemas de pensamiento racional creados desde la época en que el modo de explicar los fenómenos de la naturaleza comenzó a prescindir de los mitos para apoyarse sobre todo en la razón. Este gran paso de la mitología a la verdad comprobada se le conoce como "paso del mito al logos". Pero uno de los pensadores mas destacados del siglo pasado dejo su huella perenne entre la relación mito, realidad y ficción.

Se le conoció como el gran pensador del huevo y se sabe que muchos lo llamaban el gran Huevobdulio. Nacido en ese mítico país, que existió solo hasta mediados del siglo pasado y cuya desaparición nadie pudo explicar, llegando muchos a afirmar que se los comió el polvo cósmico de la indiferencia, pues se sabe era un pueblo amante de la guerra y como tal su actividad principal transcurría entre humaredas, masacres, bombas y toda cuanta destrucción los magnificara.

Los profundos pensamientos del gran Huevobdulio se caracterizaban por explicaciones como esta. ‘’Si un canguro pusiese un huevo, y de él saliese un avestruz, el huevo sería de avestruz y no de canguro, por lo tanto el huevo fue creado por Dios, dado que Morse inventó su lenguaje escuchando a las gallinas que alumbraban sus huevos inteligentes, y cuando Galileo dijo que la tierra, que por aquel entonces ya era redonda, giraba en torno al sol, seguro que había experimentado colocando huevos encima de la mesa y haciéndolos rodar, por esa razón las reelecciones son fundamentales para un país que le gustan los huevos duros’’.

El gran Huevobdulio continúa. ‘’El huevo es un sol, se representa así mismo en su circularidad, por lo tanto es una fuente de poder que intensifica su ser especialmente al amanecer. Los gallos son su timbre natural, las gallinas depositan al anochecer huevos, que al otro día, se transforman en soles, se caracterizan por ser soles solitarios y esa soledad, en la que cada noche lloro pensando en ti, desde que me dejaste en esta oscura soledad, pero en la que a veces le tenemos miedo, porque estando con ella, suele hablarnos de lo que por comodísimo nos evadimos en nuestra vida.
Esta soledad nacida de soles solitarios, también se considera como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes. Entre ellos depresión, suicidio y graves problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares.
Este problema había sido sistemáticamente negado como un trastorno que requiere de una atención seria, tal vez porque quienes lo sufren no siempre admiten que puede ser la raíz de otros males. O no quieren reconocerse como "solos", debido a que experimentan vergüenza de sus sentimientos o de su inadecuación para superar el aislamiento. Por lo tanto, el huevo demuestra, que su tendencia redonda, es solo una tendencia y que las tendencias, tendencias son’’.
Creemos de importancia capital rescatar pensadores del siglo pasado como el gran Huevobdulio.
Bitácora del capitán.
Año interestelar 3.052

martes, 21 de abril de 2009

Super Porro

MI DOSIS PERSONAL DE URIBISMO
Por: Groucho Fritz
El uribismo es una especie de gran traba nacional. Un tipo como José Obdulio es el gran jíbaro de esa exótica sicodélica criolla: la cannabis sativa, ahora se llama seguridad democrática, al ácido lisérgico, ahora le dicen encuestas, los hongos alucinógenos tienen el poder delirante de la reelección y el referendo.
Antes, los jefes de los partidos se cocinaban a fuego lento, en años de pola, aguardiente, muñequeo, compra y venta de votos, lechona y bazares. Ahora, bajo los efectos de esta poderosa droga, cuya dosis personal está permitida, un siquiatra pasa, sin escalas, del diván a la ternura, de ahí a comisionado de paz y, en segundos, como un pase de perica, se convierte en “director de la colectividad”, es decir, político profesional.
Hay muchos que se han vuelto adictos desquiciados. Uno de ellos, el de mostrar, se cree como su jefe, incluso se las dio de ministro, y ahora, como los veteranos drogos que se quedaron enredados en un viaje de LSD, y dicen ser la reencarnación de Jimmy Hendrix, anda por todo el país, como un iluminado, gritando a los cuatro vientos que quiere ser como el clon del que ahora manda en la Casa de Nariño.
Muchos le creen, incluso un diario de circulación nacional le dedicó un editorial elogioso a esa candidatura, supuestamente conservadora, que bien habría podido fraguarse en algún paraje de Villa de Leyva, donde dicen que se comen los mejores hongos alucinógenos del país, tan buenos como los que nacen en las esquinas de las cúrales del Congreso Nacional, donde al parecer podrían aprobar el referendo, antesala de la reelección.
Quise hacer un ensayo como el de mi amigo Hector Abad, y bajarme mi dosis personal de uribismo, a ver qué sentía. No sé si logre el lirismo de su columna enmarihuanada, pero quiero comunicar mi experiencia de este viaje sicodélico, bajo la guía del siquiatra Luís Carlos, que a falta de pacientes, terminó de líder de cambio radical.
Voy a You Tube, y me aplico la droga: veo un video con una entrevista concedida por el jefe indiscutible de la patria al periodista Rhiz Khan, del canal Al Jazeera. El mandatario clarividente habla en inglés, por lo que el efecto que busco es inmediato: quedo en trance.
Siento un impulso irresistible: estar presente en el próximo consejo comunitario, ver al líder sublime, sentir como irradia confianza inversionista, su amor de patria, su entrega absoluta en la derrota de la far. Se me traba la lengua: trato de decir Farc, pero no me sale…far, así con minúsculas y todo. Veo en mi biblioteca que baila el libro que escribieron Iván Cepeda y Jorge Rojas sobre Uribe y los paramilitares. Empiezo a romper cada una de sus hojas, con un inmenso deleite, como si fuera una margarita siniestra, quiero armar una hoguera para quemar todo el resto de textos que me circundan, a imagen y semejanza de nuestro insigne y piadoso procurador, Alejandro Ordóñez.
Tengo seca la boca y mis ojos están rojos. Me quiere dar la pálida: acabo de ver una foto del nuevo look de Marta Lucía Ramírez y de inmediato me imagino a una amazona, montada en un caballo brioso, recorriendo el país de palmo a palmo, mezcla de Juan de Arco, o Juana la Loca, me confundo, me angustio... Llamo a Luís Carlos, la señorita, con una voz ultrasensual, me dice que tranquilo mi amor, que el doctor me llama apenas pueda, que me tome un aguardientico para que me pase la maluquera. Alucino: Juan Manuel Santos luciendo la banda presidencial, decide hacer su primer consejo de ministros en las antiguas cuevas del Mono Jojoy. Me debato entre poner música de carrilera o un vallenato, para sentirme en Córdoba, en la finca de líder supremo.
Mi mujer llega con una agüita aromática, a ver si me compongo, y confundo su nombre: le digo Lina. Se pone furiosa y me deja solo, con las ansiedades de mi traba uribista. Repaso las encuestas y son como un elixir para el alma: él (¿El?) es imbatible. Juan Lozano se me aparece, como de la nada, me habla en un idioma incomprensible, luce una túnica, y su imagen se me disuelve en la de Bin Laden…Juan Bin Lozano Laden, es absurdo, mi cerebro está a punto de estallar.

sábado, 18 de abril de 2009

Clásicos infantiles

Pinocho
Gepeto (Geppetto), que siempre ha deseado tener un hijo, esculpe una marioneta de madera. Por la noche, un hada madrina da vida a dicha marioneta "naciendo", de esta forma, Pinocho, un niño de madera travieso y desobediente.
Originariamente, Collodi no pensó en su trabajo como una obra de literatura infantil: en la versión original, Pinocho es ahorcado por sus innumerables faltas y sólo en versiones posteriores la historia obtendría su famoso final en el que la marioneta se convierte en un niño de verdad.
Con esta trama se han hecho varias películas y adaptaciones incluidas en otras historias. Entre ellas se destaca la original película de Disney (Pinocho) protagonizada por dibujos animados basados en el original.
Años más tarde, se estreno otra versión de Pinocho, con un tema futurista, donde en vez de ser un muñeco de madera, era un robot. (Pinocho 3000) Lo cual nos lleva a que, Geppeto, si hubiera sido real, y de nuestra época, seria un científico, y pinocho, un robot que cobra vida. En todo caso, seria para aquella, y la actual época, el primer robot.



domingo, 29 de marzo de 2009

Crímenes de Estado

Tomado de El Espectador.
La felicidad del fatalismoPor: Héctor Abad Faciolince
RECUERDO CUANDO TENÍA QUE EMborracharme para subirme a un avión.
Sudaba frío, me comía las uñas, hacía fuerza, oía ruidos raros, cada vacío era una caída libre, les daba instrucciones mentales a los pilotos, me despedía telepáticamente de mis hijos. Hasta que un día encontré la solución. Le perdí por completo el miedo a los aviones cuando me convencí de que con absoluta seguridad, algún día, me iba a matar en un accidente de aviación. Desde eso ya no me importa volar y duermo como un niño en los aviones, y leo y sueño, y atravieso las turbulencias con menos miedo que cuando me mezo en una hamaca. Vuelo tan tranquilo que, cuando me mate, ni cuenta me voy a dar.
Lo mismo me pasa con Uribe; desde que me convencí de que lo vamos a tener, como cualquier tirano típico de los trópicos, por otros diez o quince años, o hasta que mi Dios se acuerde de él, ya todo me da lo mismo. La política, sus políticas, son como una grave y larga perturbación meteorológica, un inmenso cúmulo nimbo del tamaño del país, algo muy molesto, e incluso muy dañino, como las sequías, las inundaciones o el calentamiento global, pero algo frente a lo cual es inútil que un escribidor se alborote y luche, y agite su pobre pluma inútil.
Veo a mis colegas esforzarse con insultos, argumentos, denuncias, demostraciones, admoniciones, advertencias, desesperadas invocaciones a la sensatez, y todo para nada. Tratar de convencer a los colombianos de que no voten por el hombre que eligieron como su capataz, es como intentar convencer a una turba enardecida que está linchando a un ladrón de naranjas de que no lo linchen. Es inútil, es bobada, es una pérdida de tiempo y un derroche malsano de bilis y adrenalina. Como dispararle a las nubes para que llueva; o para que no llueva. Como diría cualquier Londoño Hoyos: Uribe no es un hombre, es un destino.
También los uribistas me dan pena. Ellos creen que es gracias a su trabajo de espadachines y escuderos que su jefe se mantiene incólume en el poder. Hay que ver a los Yamhures, a los Joseobdulios, a todos los mosqueteros de El Colombiano, El Tiempo y El Heraldo. Se agitan, se revuelcan, echan babaza, gruñen, demandan, fustigan, moralizan. ¿Para qué tanta rabia y tanta bulla? Tranquilos, ahí tendrán a su dictador supremo hasta la muerte. ¿Para qué se alteran tanto? Sigan en el poder y acábennos de arruinar.
Los otros que se alborotan mucho son los economistas, con esto de la crisis. Como si sus palabras pudieran cambiar un milésimo de punto los precios de la bolsa, los índices de desempleo, las cifras del PIB o de las exportaciones. ¿De qué dependerán las fluctuaciones de la economía mundial? De cualquier cosa, pero seguramente no dependen ni un ápice de lo que digan los comentaristas. Los sermones, queridos colegas, no cambian la realidad. La política y la economía van solas, por allá, como un piloto automático que nadie puede desconectar, como el desplazamiento de una placa tectónica. Más fácilmente una columna detiene un terremoto que una crisis de la economía o una dictadura política. Olvídense.
Más bien hablemos de libros, de ciencia, de literatura. Yo creo que en este periódico ya lo estamos entendiendo. La semana pasada conté infinidad de columnas literarias: Juan Gabriel Vásquez sobre Borges, José Leibovich sobre Isaiah Berlin, William Ospina sobre Kafka, Tomás Eloy Martínez sobre Cortázar, Klaus Ziegler sobre Turing. Yo mismo escribí sobre Pessoa. La vida es muchas cosas como para desperdiciarla en rabia contra Uribe y miedo a los aviones. Como le dijo el bobo a su vecino cuando se puso a llorar porque el avión se caía: “Ni que fuera tuyo”.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Ver cine. 4


La historia, basada en hechos reales, remite a clásicos del cine bélico como "12 del patíbulo", pero los coreanos le ponen su marca. 31 hombres, todos criminales con larga condena a cumplir, tendrán su oportunidad: permanecen en una prisión de máxima seguridad en las peores condiciones, o eligen servir en la Unidad Especial 684. Nadie duda. Todos parecen muy dispuestos a colaborar, pero no saben lo que les espera. Tarea de kamikazes. Durante tres años el duro teniente Choi y su asistente, el sargento Jo, los someterán a un bravo entrenamiento hasta convertirlos en las más eficaces máquinas de aniquilamiento.

domingo, 15 de marzo de 2009

Ver cine. Grandes obras maestras 3

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TITULO ORIGINAL
Holiday (Vivir para gozar)
AÑO
1938
DURACIÓN
93 min.
PAÍS
USA
DIRECTOR
George Cukor
GUIÓN
Sidney Buchman (Teatro: Philip Barry)
MÚSICA
Sidney Cutner
FOTOGRAFÍA
Franz Planner (B&W)
REPARTO
Cary Grant, Katharine Hepburn, Lew Ayres, Doris Dolan, Edward Everett Horton, Henry Daniell, Henry Kolker, Binnie Barnes
PRODUCTORA
Columbia Pictures
GÉNERO Y CRÍTICA
Comedia sofisticada / SINOPSIS: Johnny Case -Cary Grant- es un inconformista que, enamorado de una chica de buena posición, Julia Seton -Doris Nolan-, debe acomodarse a la alta sociedad neoyorquina. Además el deseo de su novia es que trabaje en el banco de su padre, lo cual no va con su carácter. Sólo Linda -Katharine Hepburn-, la jovial hermana de Julia, parece comprender el deseo de Case de vivir una vida diferente a la de ellos. Comedia -adaptada de una obra de Broadway- con los geniales Cary Grant y Katharine Hepburn que obtuvo excelentes críticas.

jueves, 12 de marzo de 2009

Ver cine. Grandes obras maestras 2

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El fantasma de la libertad. Luis Buñuel
El fantasma de la libertad es una película coproducida entre Francia e Italia, dirigida en 1974 por Luis Buñuel. Se trata de una película en la que los fantasmas habituales en el cine de Buñuel aparecen en todo su apogeo y en la que se retoman algunos temas y constantes propios del surrealismo.
Dos niñas se encuentran con un hombre sospechoso, supuestamente pederasta, que les entrega unas postales aparentemente pornográficas. En un apartamento, un hombre que resulta ser el padre de una de las niñas exclama "No soporto la simetría" contemplando una escena simétrica. Cuando él y su esposa descubren las postales de su hija se puede apreciar que eran totalmente inofensivas, pero provocan la excitación de los personajes. Cuando ambos se van a dormir aparecen en la habitación, por este orden: un gallo, una mujer con un reloj de bolsillo y una vela, un cartero con bicicleta, que les entrega una carta, y un avestruz. Después de esto el hombre se va al médico y éste le recomienda que vaya a un psicoanalista. Una enfermera entra al despacho con la intención de que la dejen salir antes para visitar a su padre enfermo y cambia el curso de la historia.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Ver Cine. Grandes obras maestras 1

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“Repulsión”, de Roman Polanski 1965
Incomodidad. Existe un nebuloso misterio dando vueltas en las primeras películas de Roman Polanski, en las impávidas miradas y los insondables silencios de sus personajes, en las sombrías motivaciones de sus acciones, en los claroscuros de esos ambientes anodinos. Enfrentarse al segundo largometraje de Polanski no es un quehacer sencillo. En otras palabras, requiere un grado de concentración importante, bastante por arriba de la atención media que basta para observar una película cualquiera –si lo que se pretende es no reincidir en el visionado–. Y, por otro lado, como casi todo producto salido de la mente del director polaco (naturalizado francés), Repulsión contiene sordidez, desequilibrio, brusquedad, humor negro, alucinación y sangre: elementos que usualmente resultan, cuanto menos, incómodos para el espectador acostumbrado al slasher de los noventa, o bien, no avezado en el (entonces) enigmático universo del señor Polanski. Sí, ver Repulsión es una experiencia ardua, desde el infrecuente plano inaugural, cuando la cámara nos muestra un ojo que casi no parpadea, acercándose con un preciso zoom, en un primer plano eterno que sólo genera incomodidad, deseos de que tal génesis termine de una vez por todas, y se inicie verdaderamente la película.

jueves, 15 de enero de 2009