miércoles, 11 de marzo de 2009

Ver Cine. Grandes obras maestras 1

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“Repulsión”, de Roman Polanski 1965
Incomodidad. Existe un nebuloso misterio dando vueltas en las primeras películas de Roman Polanski, en las impávidas miradas y los insondables silencios de sus personajes, en las sombrías motivaciones de sus acciones, en los claroscuros de esos ambientes anodinos. Enfrentarse al segundo largometraje de Polanski no es un quehacer sencillo. En otras palabras, requiere un grado de concentración importante, bastante por arriba de la atención media que basta para observar una película cualquiera –si lo que se pretende es no reincidir en el visionado–. Y, por otro lado, como casi todo producto salido de la mente del director polaco (naturalizado francés), Repulsión contiene sordidez, desequilibrio, brusquedad, humor negro, alucinación y sangre: elementos que usualmente resultan, cuanto menos, incómodos para el espectador acostumbrado al slasher de los noventa, o bien, no avezado en el (entonces) enigmático universo del señor Polanski. Sí, ver Repulsión es una experiencia ardua, desde el infrecuente plano inaugural, cuando la cámara nos muestra un ojo que casi no parpadea, acercándose con un preciso zoom, en un primer plano eterno que sólo genera incomodidad, deseos de que tal génesis termine de una vez por todas, y se inicie verdaderamente la película.

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