miércoles, 11 de julio de 2012

¿Hemos fallado como nación y como sociedad?


Reproducimos un importante artículo de Germán Ayala Osorio aparecido en http://www.semana.com/opinion/hemos-fallado-como-nacion-como-sociedad/180399-3.aspx

Por * Germán Ayala Osorio
Como sociedad y como Nación, Colombia puede ser la expresión de procesos civilizatorios fallidos, débiles, inmaduros o truncos en los que es claro que los límites entre lo legal y lo ilegal se perdieron.

Como sociedad y como Nación, Colombia puede ser la expresión de procesos civilizatorios fallidos, débiles, inmaduros o truncos en los que es claro que los límites entre lo legal y lo ilegal, entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo legítimo y lo ilegítimo se perdieron de tal forma, que hoy las actuaciones de funcionarios públicos se igualan o resultan similares a las de delincuentes, entre ellos, narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros o simples criminales.
No se trata de una constatación nueva a raíz de los hechos noticiosos que en las últimas semanas ocupan las primeras páginas de los medios y son temas de conversación en disímiles espacios privados y públicos. Entre éstos, bien vale la pena destacar lo sucedido en el Congreso con la fallida reforma a la justicia, en la que los propios congresistas, con la anuencia del gobierno, buscaron legislar en su propio beneficio, en especial los investigados por parapolítica; o el caso del general retirado de la Policía, Mauricio Santoyo, quien se entregó a las autoridades norteamericanas que lo buscan por asuntos de narcotráfico; o el caso de documentos de mafiosos en los que aparecen relaciones de apoyos económicos entregados a políticos, militares y policías, entre otros. Y el listado de hechos se puede hacer eterno. 

Por el contrario, es una constatación histórica que deja profundos cuestionamientos morales y éticos que cobijan tanto el actuar del Estado, como el de los empresarios, políticos y en general, las formas de vida de millones de colombianos.
 

¿Acaso hemos fracasado como Nación en tanto posibilidad de construir un ethos cultural, que a pesar de las diferencias culturales y étnicas, sirva como pivote sobre el cual sostener el diálogo cultural, político, social y económico que se requiere para vivir en armonía, bajo un efectivo respeto a la vida, como un mínimo esencial?
 

El Estado colombiano es débil y precario gracias al actuar mezquino de familias tradicionales (élites) que en varias regiones del país lo han cooptado para afianzar sus privilegios y así someter a otros que no comparten sus intereses económicos y políticos e incluso, su fino linaje. 

Se repite en varios círculos que el Paramilitarismo penetró y cooptó a varias instituciones del Estado, pero no se repite con la misma fuerza que ese mismo Estado ha estado sometido a los intereses de una clase dirigente tradicional a la que sólo le interesa usar a su favor la fuerza económica, política y de coerción de ese orden político. 


Al no tener una idea clara de lo que es lo público, un reducido grupo de colombianos naturalizó la debilidad del Estado, hasta tal punto que cada colombiano sabe que debe intentar salir adelante por sí mismo, porque el orden social y político que lo rige no sólo no puede garantizarle la vida y la honra, sino en cualquier momento lo puede violentar o someter, porque está en manos de unos pocos que sí han sabido qué hacer con el poder que otorga saber manejar la función pública y las relaciones entre lo privado y lo público. 

Son esas mismas familias tradicionales las que históricamente han propuesto un modelo de sociedad y de Nación sin Estado en el que el ciudadano sabe, intuye o aprende a actuar sin referentes éticos, morales, o bajo reglas de juego que funcionan para unos, pero que otros no están dispuestos a seguir y a cumplir. 
Al crecer sin Estado, se ponen en marcha múltiples procesos civilizatorios que bien pueden estar soportados en las ideas de bien común que de manera natural brotan en campos y ciudades, o en las que por supuesto también germinan las ideas amañadas de lo correcto, de lo legal y lo legítimo, con las que finalmente hoy actuamos todos dentro de un orden jurídico-político soportado en un ethos propio de guetos, de logias o de mafias que hoy hacen inviable esta Nación y han profundizado los problemas de una sociedad atomizada, jerarquizada, violenta y profundamente escindida entre las múltiples formas en las que los colombianos entendemos y delimitamos compleja dicotomías como lo correcto-incorrecto, legal-ilegal o legítimo-ilegítimo. 

No es fácil comprender y muchos menos explicar qué es lo que pasa en Colombia. Lo cierto es que existen graves fallas en el origen del orden social, jurídico y político del país que no son fáciles de corregir, por cuanto son resultado de la puesta en marcha de mezquinas, reducidas, equivocadas o empobrecidas ideas de lo que debe ser un Estado, de quienes tuvieron en el pasado y tienen aún el privilegio de manejar el Estado como una empresa privada. 

Y peor resulta el caso colombiano cuando nos enfrentamos a procesos globalizadores y globalizantes que sirven para agrandar las graves fallas de ese orden social aún vigente, en franca conveniencia con poderes nacionales (familias y élites tradicionales) y transnacionales a los que no les interesa pensar en recomponer el camino de una Nación y de una sociedad que devienen sin rumbo, sin norte, sin referentes, lo que asegura que en este país llamado Colombia la condición humana, compleja, y perversa per se, se manifieste de tal manera, que haga pensar que somos un pueblo naturalmente incapaz para concebir y seguir procesos civilizatorios en los que se reivindique el ser humano.
Ni el camino propuesto por los revolucionarios, y muchos menos, el que nos vienen construyendo los políticos y la clase empresarial y dirigente han servido para vivir bajo premisas y principios en los que sobresalgan unos mínimos éticos y morales (colectivos) con los cuales sea probable recomponer el camino que hoy recorremos como Nación y como sociedad. 


* Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
   http://www.laotratribuna1.blogspot.com/




jueves, 24 de mayo de 2012

Inteligencia Vial

En las redes sociales circula una insólita propuesta: tratar de coger en una verdad al senador Eduardo Carlos Merlano Morales. En efecto, desde que en Barranquilla estalló el escándalo al negarse a una simple prueba de alcoholemia en un retén de la Policía, el congresista ha encadenado mentira tras mentira. Esto tiene a miles de cibernautas de Colombia en una intensa campaña en su contra. Aunque es difícil prever cómo terminará, por ahora los tuiteros exigen la renuncia a su curul.
http://www.semana.com/nacion/va-merlano-merlano/177687-3.aspx

martes, 22 de mayo de 2012

¡Que viva el TLC, carajo!



¡Que viva el TLC, carajo!
Por: Godofredo Cínico Caspa

Con el inicio del Tratado de Libre Comercio con nuestros guías espirituales y materiales de los gloriosos Estados Unidos de América, se abre desde los océanos la puerta de nuestra felicidad eterna.
Atrás quedaron los oscuros días en los cuales los necios del centro y la izquierda trataban de oponerse a esta panacea que nos pone en el sendero de la riqueza física y moral, en la vía expedita hacia la inmortalidad, hacia la adquisición barata del paraíso terrenal.
De nada les valieron sus quejas necias y sus sinrazones purulentas a los que quieren mantenernos en el atraso, el aislamiento y la oscuridad. A los que no quieren que nos lleguen a precios bajos los magníficos productos de nuestros benefactores anglosajones, que no son solo objetos, porque con el TLC vendrán del Norte además de los tiernos y gordos cuadriles de pollo repletos de nutritivos químicos y con antibióticos fuertes para de una vez erradicar los leucocitos de este país, sino también el bendito maíz transgénico, étnicamente puro y blanco que reemplazará a la chicha y a la insípida amarillenta y palúdica mazorca muisca.
Digo, también llegarán los grandes frutos del la ideología, el pensamiento y el espíritu que nuestros protectores y jefes del Rio Grande al Norte, nos enviarán para civilizar de una vez por todas a este reinito mestizo y culi pronto.
Me refiero desde luego a intangibles que importaremos y que se nos enviarán a raudales, en canal o en gruesas, como el “American way of live”, el “time is Money” el “in dollar we trust”, el expansionismo, el acertado neo colonialismo y el nunca bien ponderado imperialismo que ha hecho de los USA la gran potencia y a los monos los civilizadores de Occidente.
Una vez adaptadas estas premisas fundacionales que llegarán de Los Ángeles a Buenaventura o de Miami a Barranquilla, podremos sin agüero, por ejemplo, avasallar de una vez por todas a la indiada ecuatoriana o boliviana y hacer con ellos lo que los norteamericanos han hecho con nosotros, es decir, protegernos, ponerlos a producir y convertirlos en satélites del gran polo de desarrollo que será Colombia. Podremos saquear a manotadas a esos pueblos sin estructura, moral ni ley y con esa platica pagar el costo de la gran ayuda de los hermanos gringos.
¿Y qué me dicen por ejemplo de otras importaciones conceptuales fundamentales para nosotros como la llamada “guerra fría” que nos permitirá tener a raya a Chávez; el segregacionismo que nos ofrecerá las armas para mejorar el ADN nacional; o la larga experiencia de los rubios queridos en materia de desaparición forzada de etnias aborígenes, que allá sacaron de circulación muy temprano, evitando así la existencia de mingas, resistencias, guardias indígenas y demás subversiones que aquí han implementado los nativos retrecheros y ladinos?
Con la importación de la experiencia norteamericana sí que podremos desarrollar aun más nuestras saludables, estables y rentables guerras intestinas, y no solo eso: tendremos la tecnología, la moral, y la voluntad de trasladar nuestras confrontaciones al vecindario y aún más lejos. Tomando ejemplos de guerras de alto contenido ético y de limpieza anti comunista o anti mahometana, cuya experiencia heredaremos, como las de Corea, Vietnam, Afganistán y las del Golpe Pérsico. Veo a Colombia repleta de cárceles “Guantánamo Style”…
Y ni hablar lo que aprenderemos e importaremos en materia de masacres indiscriminadas, “serial killers” y todas las tendencias maniqueas tan importantes para consolidar nuestra visión del bien y del mal, nuestra única idea y el unanimismo que nos permitirá acabar con tanta oposición.
Veo llegar en barco versiones contemporáneas del “new deal” de Roosevelt para lograr que nuestro Estado y el gobierno intervengan en la economía, pero esta vez para potenciar lo privado sobre lo detestablemente público, o sea contra las vainas del populacho, hoy ensoberbecido y altanero. ¡Que lleguen ya nuevas formas del aislacionismo en poderosos conteiner cargados de chicles!
¿Y qué tal la importación de prohibicionismo, la ilegalización definitiva hasta del Mejoral? Veo llegar por Santa Marta o en avión hacia El Dorado una nueva “Dust Bowl” que nos garantice el empobrecimiento definitivo de los labriegos, para que no tengan así ni fuerzas ni ganas de levantarse y de joder con reparación y justicia o inconvenientes leyes de tierras.
Nosotros también tenemos derecho a pasar por nuestra propia “Gran depresión”.
Hablan de exportaciones de productos del agro hacia los Estados Unidos. ¡Pamplinas! A dedicarse solo a importar. ¿Para qué exportar nuestros productos de tercera, si todo nos llegará a rodos desde el Norte? ¿Qué eso va a afectar al agro? Pues mejor, con eso se acaba esa pendejada del campo, vulgar atraso de otros siglos.
Dediquémonos a exportar sí, pero lo bueno, lo tradicional como la coquita o la palma y que en libre cambio monumental, los gringuitos se lleven todo lo que nos sobra acá, el agua, el oro, el petróleo, el carbón y demás cosas de las cuales ni sabemos servirnos.
La llegada de ideas y materiales ultra neo liberales, solo puede redundar en el pingüe beneficio de los inversionistas, banqueros y gentes de bien. Si la gente rica está contenta, el país vivirá feliz. Y no habrá necesidad de tener a raya a los insurrectos.
Y que nos manden más armas para matarnos entre nosotros y así controlar la desbocada explosión demográfica debida al pecado ese de andar pensando todo el día en tirar, tirar y tirar, en lugar de trabajar, trabajar y trabajar…
Les pagaremos su beneficiosa influencia con territorios, minas, ríos, selvas, y claro, el sudor de los que deben trabajar para el bien de nuestros jefes ¡God bless and save América!
Necesitamos un buen café importado y unos bananos de la Florida, que reemplacen las vetustas plantaciones nacionales. Hasta tierra exportaremos, el país entero en barcos graneleros donde lleven nuestra fertilidad para que allá produzcan y acá paguemos y consumamos.
¡No más arroz del Saldaña, no más mazamorra, sancocho valluno, arroz con coco ni sopa de cubios! Que en nuestra cabeza solo quepa la idea de la hamburguesa y la malteada, con carne de Missouri y leche de Wyoming.
Sin olvidar la necesidad de que nos exporten de una vez a sus “marines” y demás fuerzas amadas para que acaben acá con el relajo y destruyan ese concepto arcaico de la soberanía y de la nación.
Desde el punto de vista religioso el TLC nos permitirá la consolidación de las corrientes protestantes mayoritarias allá y que aquí poco a poco van surgiendo. La importación de las costumbres puritanas y de supremacía racial ayudarán a la construcción de una Colombia blanca y cero promiscua, donde solo se haga el amor para reproducirse como quiere nuestro amo Uribe y su patriarca Monseñor Ordóñez.
Que nos manden todo y que se lleven todo, y de ese modo lograremos ser como ellos, paradigmas de nuestra era.
Démosle la bienvenida a nuestro futuro, a nuestra felicidad y a voz en cuello cantemos:
“O say, can you see, by the dawn’s early light,
What so proudly we hailed at the twilight’s last gleaming?

O en español, lengua que gracias al TLC también desaparecerá:
“Amanece: ¿no veis, a la luz de la aurora,
lo que tanto aclamamos la noche al caer?”

miércoles, 29 de febrero de 2012

"En Colombia las ejecuciones extrajudiciales no se han erradicado": ONU



Este organismo señala que existe un significativo número de violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, no sólo por parte de los grupos ilegales sino también presuntamente por agentes estatales. Sobre este punto, el documento recoge el hecho de que las ejecuciones extrajudiciales no “se han erradicado totalmente” y señala algunos casos que observó en Arauca, Bogotá, Cauca y Cesar. Uno de estos casos es el de una persona indígena reportada como “baja en combate” por tropas del Ejército en Arauca, y que posteriormente sería calificada como un “error militar”.
 

martes, 14 de febrero de 2012

El gran escape


Un manifiesto político en el que el excomisionado de Paz llama a una constituyente y a oponerse a una eventual reelección del presidente Santos aparece en la página del centro de pensamiento Primero Colombia.

viernes, 20 de enero de 2012

Sopa y pipa


Cuando la tecnología avanza, las industrias que se apoyaban en plataformas anteriores ven cómo se tambalea su modelo de negocio. Esta ha sido una constante histórica y en los últimos años los cambios han sido tan acelerados y globales, que los presuntos perjudicados han llegado hasta el extremo de buscar en la protección de la ley una estabilidad que ni la realidad ni las costumbres les pueden brindar ya.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Políticos en campaña



La legitimidad del proceso electoral está bajo sospecha en buena parte del territorio y el Poder Electoral está seriamente cuestionado. Cuáles son los problemas reales, qué se está haciendo para resolverlos y qué no se está haciendo pero sí debe hacerse.
http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/2371-el-poder-electoral-como-funciona-y-por-que-no-funciona.html