Revista Semana. Uribe y
‘Márquez’, ‘unidos’ en apoyo al paro cafetero .El expresidente y las FARC
exhiben en público su solidaridad con la protesta de los caficultores.
Los extremos se
tocan. Las protestas de miles de caficultores colombianos continúan sin que se
vislumbre un acuerdo sólido entre manifestantes y Gobierno.
Mientras
el Ejecutivo anunció su voluntad de sentarse a dialogar solamente con la
Federación Nacional de Cafeteros (FNC) y presentó una comisión “independiente y
plural” para “reformar el sector”, la contraparte muestra su entusiasmo porque
cada hora que pasa suman más personas. Así, por ejemplo, Camilo Salazar,
portavoz de los manifestantes, insiste en que “sigue llegando gente a los
puntos de concentración, ya somos entre 70.000 y 80.000 en todo el país”.
Mientras
esto sucede, otros actores ajenos al sector opinan, critican y hacen sus
propios diagnósticos. En este terreno se presenta una sorprendente coincidencia
entre dos históricos antagonistas: las FARC y el expresidente Álvaro Uribe
Vélez coinciden en mostrar su “plena solidaridad” con los manifestantes.
En
efecto, en una declaración de la guerrilla divulgada en La Habana sentenciaron:
“Aunque el gobierno Santos pretenda que su política económica no es objeto de
discusión en la mesa de La Habana, la realidad es que el pueblo colombiano la
está rebatiendo con movilizaciones, paros y protestas, en todo el territorio
nacional”.
El
número 2 de las FARC y jefe de su equipo negociador en el diálogo de paz
que se lleva a cabo en Cuba, Luciano Marín Arango, alias ‘Iván Márquez’, leyó
el texto que manifiesta la solidaridad del grupo rebelde “con la lucha de los
campesinos” y advierte de que “las exigencias populares en Colombia tienen que
ser respondidas favorablemente”.
La
guerrilla adjudica la crisis cafetera a “la desprotección impuesta por la
política neoliberal a los campesinos productores de café en un contexto de
precios internacionales desfavorables y de una sostenida sobrevaluación del
peso frente al dólar”.
En
ese sentido, recuerda que “en su discurso de posesión como presidente, Juan
Manuel Santos prometió convertir a cada campesino colombiano en un próspero y
sonriente Juan Valdés”.
La
guerrilla se preguntó en La Habana: “¿Pero dónde está ese Juan Valdés de los
cuentos de hadas? Está siendo perseguido por balas y gases lacrimógenos de
los escuadrones represivos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) en
pueblos y carreteras del país, donde miles de caficultores protestan contra el
abandono del sector”.
En
una línea similar se ha mostrado Álvaro Uribe. El expresidente también expresó
públicamente en las últimas horas su respaldo a la comunidad de miles de
cafeteros concentrados y dijo que “tienen razón en su protesta”. Fue
categórico: “He expresado mi apoyo a las reivindicaciones que están solicitando
los cafeteros”, dijo el expresidente en declaraciones a la emisora Blu Radio.
Así
las cosas, el paro, que se ha convertido en el mayor dolor de cabeza de estos
días para el presidente Juan Manuel Santos, cuenta con el apoyo de dos enemigos
acérrimos: la guerrilla de las FARC y Uribe.
Esta
situación se presenta, en parte, por las declaraciones del ministro de
Agricultura, Juan Camilo Restrepo, quien en distintas intervenciones ha
señalado tanto al expresidente como a la insurgencia de impulsar el movimiento.
“El paro cafetero adelantado en varias zonas del país está infiltrado por las
FARC”, sentenció en un momento. “Yo creo que el expresidente Uribe sí está
haciendo política con la crisis cafetera”, argumentó en otro.
Uribe
no se amilanó, sino que dijo que la emprendió contra Santos porque dice “cosas
inexactas”, como que su acuerdo con los cafeteros había sido el primero, y
recordó que en su gestión (2002-2010) ayudó al gremio con los precios de los
fertilizantes. “Dijo que como ministro de Hacienda en el gobierno de Andrés
Pastrana había dado recursos del Presupuesto Nacional para el precio cafetero,
hasta ahí es cierto. Pero faltó a la verdad al decir que el gobierno mío los
había quitado”, recalcó. Uribe agregó que su Gobierno amplió “apoyos a los
cafeteros en el precio mínimo, alrededor de 650.000 pesos (unos 369 dólares) la
carga” en el 2009.
¿Quién
tiene la razón? Lo que en realidad es cierto es la dramática situación de los
cafeteros que están afectados desde hace más de un año por bajos precios del
grano, que en los últimos días se ubicó alrededor de 510.000 pesos (unos
283 dólares) frente al costo de producción de unos 700.000 (unos 388 dólares),
lo que, unido a la revaluación del peso, los ha empobrecido.
Los
cultivadores reclaman un precio justo del café y precios más bajos para los
abonos y pesticidas, así como medidas más flexibles ante los embargos que han
empezado a sufrir algunos propietarios en quiebra. Además, las fuertes lluvias
en el país desde el 2010 y la plaga de la roya han disminuido la producción
cafetera en Colombia, que el año pasado fue de casi 8.000 sacos de 60
kilogramos, frente al líder, Brasil, que produjo 50.826 sacos.
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